Hairspray: es una palabra que evoca tantas imágenes, la mayoría obsoletas.

Considere los estilos que desafían la gravedad como la colmena, el pomadour, los golpes provocados por las über y el pelo grandes de los 80; todo imposible sin este fijando aerosol pegajoso. Los lápices para el cabello del pasado hicieron el trabajo de mantener el pelo en su sitio (tal vez demasiado bien), convirtiendo estos spritz en sinónimos de cabeza de casco, de lacas difíciles de lavar, de una textura crujiente y gomosa y de fórmulas basadas en el alcohol.

Pero estos días se han acabado. Hay tantos trucos que pueden hacer los spray de cabello actuales, desde la protección hasta la altura y la humedad, que esta grapa de los años 80 vuelve a girar.


Ha vuelto la laca?